Desde Adam Smith, los estudiosos de la
tributación han estado interesados en las cualidades de un buen sistema de
impuestos. Tal requerimiento, tradicionalmente exige que la carga de impuestos
sea distribuida de una manera equitativa. Este requerimiento ha tomado dos
formas, una exige qué la tributación corresponda con los beneficios recibidos,
y la otra que la tributación corresponda con la capacidad de pago.
En
Gran Bretaña las contribuciones de Petty, Hobbes, Locke y Hume, precedieron el
libro de la Riqueza de las Naciones de Smith es el primer planteamiento moderno
de las Finanzas Pública.
La Economía como disciplina se ha ocupado tradicionalmente del estudio del
sector privado de la economía (de sus agentes económicos –individuos, empresas
y economías domésticas); es decir, del mercado. Sin embargo, el crecimiento del
sector público y su incidencia en las actividades económicas privadas, aunado a
sus características particulares de decisión política, condujeron a la
constitución de una rama importante de la economía.
Es así como nacen las
finanzas públicas, noción inicialmente aceptada pero sobre la que
posteriormente se suscitaron múltiples disquisiciones dado lo limitado del
concepto, por ello se comenzó a hablar de economía publica concepto más
amplio, pero al que muchos continuaron equiparando al de finanzas públicas; ya
en la década de los 70 a raíz de múltiples obras de reconocidos pensadores que
enriquecieron con sus teorías, se habla nuevamente de finanzas públicas,
economía publica o nueva economía publica, como sinónimos
La economía pública (finanzas públicas) nació en el siglo XIX y se
enriqueció con un continuo flujo de estudios y actividades después de la mitad
de los años 1960. En los años 1980, se comenzó a usar el término de finanzas
públicas por el de “economía pública” o nueva “economía pública”. Las finanzas públicas quizás sea la rama más
antigua de la economía, puesto que en ella tuvieron incidencia los escolásticos
en el siglo XVI, los mercantilistas en el siglo XVII, junto con ellos los
cameralistas, los fisiócratas, John Locke, Thomas Hobbes y David Hume, quienes
incluso precedieron a Adam Smith; lo que pone en contexto que no estamos
presente a una nueva disciplina sino a conceptos forjados desde hace siglos.
Pero en el estudio de las
finanzas públicas podría decirse que tradicionalmente se han establecido dos
corrientes una británica basada de manera principal en los estudios de Musgrave
y la corriente continental desarrollada en Alemania, Suecia e Italia.
La tradición británica se
caracteriza por ser individualista y plantea que el papel del estado se debe
circunscribir a corregir los fallos de mercado en la provisión de los bienes
públicos, el origen de esta concepción restringida de la injerencia del Estado
es en las finanzas publica proviene de Adam Smith, quien era partidario de
limitar los “poderes del soberano” a la administración de justicia, a la
defensa nacional, a las relaciones externas, al mantenimiento del orden interno
y suministrar obras y servicios públicos que el sector privado no puede
suministrar.
Musgrave al respecto se
plantea dos interrogantes, ¿Por qué es necesario el sector público? y ¿Bajo qué
reglas debería conducirse el sector público?, manifiesta que para responder
esos interrogantes se hace necesario tener conocimientos de los principios de
la economía de bienestar, de las ciencias políticas y de las ciencias sociales,
los cuales se sustentan en la producción de bienes colectivos, la tributación y
el gasto público.
*Gasto público.
Con relación a este ítem,
Musgrave se hace el siguiente cuestionamiento ¿Por qué ciertos bienes deben ser
suministrados a través de presupuestos? y responde a tal cuestionamiento,
manifestando que en términos de propiedad esos bienes los puede producir el
sector público o privado, lo que sucede es que los consumidores no se les
impone una carga por el acceso a esos productos si es el Estado quien los
produce. Para sustentar lo manifestado en este apartado Musgrave realiza un
recorrido histórico y teórico de los pensamientos de Adam Smith, David Hume,
David Ricardo y Jhon Stuart Mill, quienes son coincidentes en realizar
objeciones a la intervención del Estado.
Adam
Smith examina porque ciertos servicios deben ser provistos por el Estado. Esto
incluye el sostenimiento de la corte, defensa, policía y educación básica para
los pobres. Beneficio que no sería compensado por el gasto de algún individuo.
Desde Adam Smith, el pensamiento tributario ha puesto su atención sobre dos
importantes temas: la equidad y la eficiencia. La discusión del criterio de
equidad, ha seguido dos direcciones históricas, la del principio del beneficio
y la del principio de capacidad de pago.
El
pensamiento marginalista consideró que así como el consumo de bienes privados
se guía por la regla de igualación de la utilidad marginal con el precio, de
igual manera el consumo de bienes públicos se orientaría por dicha regla. Así,
el presupuesto entró a hacer parte de los modelos walrasianos de equilibrio
general.
En la escuela neoclásica, Marshall y Pigou también dejaron su estampa en el
pensamiento británico de la economía de las finanzas públicas. Sin mencionar el
impacto de Keynes y la emergencia de la estabilización como una meta de la
política presupuestaria. La economía fiscal también se adiciona al cuerpo
general del análisis económico, su interés no está limitado por los efectos de
las operaciones fiscales sobre el mercado y las respuestas del mercado a él.
Al respecto surgió una
nueva concepción a finales del siglo XIX, con los llamados marginalistas entre
los que se cuentan Mazzola, Pantaleoni, Wicksell y Lindhal, quienes crearon el
concepto de utilidad marginal, manifestando que así como en el sector privado
el consumo se rige por la regla de igualación de la utilidad marginal con
el precio, de la misma forma los bienes públicos deben regirse por la misma
regla.
Otro avance en el
desarrollo de la teoría estudio de los bienes públicos, lo proporciona Pigou,
cuando propone la teoría de las externalidades, quien propone que debería haber
una intervención de la política pública en los costos externos y sus
beneficios, este punto de vista avivo la discusión fiscal, esta vez con
respecto a las externalidades ya que diferencia entre costos privados y costos
sociales.
En
la modernidad la teoría sobre los bienes públicos, recae reposa
fundamentalmente en Paul Samuelson y Richard Musgrave.
Ensayos de economía y pensamiento económico
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